El miércoles 30 de abril, dirigentes radicales de capital y del interior nos reunimos para discutir las líneas de acción a seguir, tras los trascendidos de los últimos días. Las quejas y reproches hacia la falta de consenso en la toma de decisiones por parte del interventor fue generalizada. Susana Gispert, José María Farizano y Pedro García Castiella fueron los primeros oradores del encuentro. La crítica a los modos en que se toman las decisiones fue el argumento común de las diferentes participaciones.
Diferentes salidas fueron propuestas como alternativas a seguir: a) exigir que el distrito Capital tenga un tratamiento idéntico a los departamentos del interior, de modo tal que la UCR capitalina pueda decidir salir sola; b) participar con una propuesta definida de candidatos en las internas; c) impulsar el diálogo con el interventor. Todos afirmaron que cualquiera de estas decisiones exigen un grupo consolidado, con ambiciones de poder y decidido a triunfar.
La incorporación del interventor a la reunión precipitó la instancia de diálogo. Ante las objeciones vertidas sobre la forma en que se eligió la candidata mujer del radicalismo a diputada nacional, Giubergia afirmó que esas eran las directivas del Comité Nacional y que las decisiones tomadas tienen como objetivo sumar los votos de la oposición de Capital, del Sur de la Provincia y también del Norte. Dejó poco margen para el reclamo sobre la nula filiación partidaria de la candidata.
Interrogado sobre los grados de los acuerdos para los cargos provinciales en Capital, aclaró que “nada está firmado”. La búsqueda siempre se orienta al consenso, afirmó. Sin embargo, también expresó que de no ser así se deberá ir a internas.
Estas palabras sosegaron los ánimos, aunaron las fuerzas y decidieron a los presentes a que cumplir los objetivos, que los afiliados en particular y la ciudadanía en general reclaman de sus dirigentes: legalidad, legitimidad, ética pública y compromiso.
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