Nuevamente el matrimonio presidencial pone en riesgo las instituciones de la República, al sorprender intempestivamente a la ciudadanía con un cambio del cronograma electoral instituido.
La mentira recurrente se ha convertido en un rasgo estructural del ejercicio del poder. Ayer eran las retenciones, después la apropiación del dinero de los jubilados y hoy es pretexto de la crisis internacional.
Mentiras tras mentiras que encubren ausencia de proyectos, inexistencia de una dirigencia comprometida, exacerbado narcisismo e irresponsabilidad permanente.
Situación que se ve reforzada por la obsecuencia anónima de gobernadores que entregan las decisiones de sus distritos por caprichos de un régimen en crisis.
Lamentable posición la del gobernador Urtubey, quien presta su figura para acatar sin reparos a la nueva mentira.
La desocupación, el dengue, el drama de los pueblos del norte de nuestra provincia, la situación educativa y sanitaria reclaman gobernar con responsabilidad y con apego a las leyes y a la justicia.
Ni adelanto, ni desdoblamiento: Institucionalidad.
Comité Capital
Juventud Radical
Ateneo de la Mujer Radical Juana Azurduy
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